Según la Constitución de 2014, el sistema político de Egipto es un sistema presidencial republicano democrático basado en la ciudadanía y el Estado de Derecho. El jefe de Estado es el presidente de la república, y el jefe del poder ejecutivo gobierna de acuerdo con las disposiciones de la constitución y con la ley en presencia de las autoridades legislativas y judiciales.

El sistema político de Egipto se basa en el pluralismo partidista, el traspaso pacífico del poder, la separación de poderes, el equilibrio entre ellos y el respeto de los derechos humanos y las libertades, tal y como establece la Constitución. La soberanía es sólo del pueblo, que la ejerce y la protege, y es la fuente de la autoridad y la preservación de su unidad nacional, que se basa en los principios de igualdad, justicia e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos.